A 2.50 la Cuba Libre con acento Colombiano
La pieza teatral del dramaturgo Ibrahím Guerra se traslada a Casa Ensamble, donde varias mujeres le cuentan al público sus más profundas angustias, miserias y anhelos.
ONCE DE las actrices más queridas y reconocidas de nuestro país se darán cita en la obra A 2.50 la Cuba Libre, con la que, una vez más, Casa Ensamble se arriesga con una propuesta diferente.
Esta obra venezolana adaptada para Colombia por Pepe Sánchez y codirigida por Alejandra Borrero y Luis Fernández, invita al público a adentrarse en el mundo de las prostitutas. Toda Casa Ensamble se convierte en un burdel y los espectadores pasarán a ser parte del espectáculo.
El elenco está conformado por Alejandra Borrero, Endry Cardeño, María Fernanda Yepes, Indira Serrano, Carolina Gaitán, Jenny Osorio, Rita Bendeck, Estefanía Godoy, Ana María Sánchez, Aída Morales y Johanna Morales, quien no sólo mostrará todo su talento como actriz sino también como productora de campo de este montaje.
Once mujeres de la noche se reúnen en un bar de Bogotá y entre trago y trago le cuentan al público sus más profundas angustias, miserias, anhelos y frustraciones.
Cada historia revela una cara distinta del comercio carnal: la mujer hermosa asediada por todos que sueña en secreto encontrar un príncipe azul que la salve de su miseria, la ambiciosa que no logra decidir entre el dinero y la vida fácil, la que sufre el abandono en medio de un embarazo, la empresaria prepotente y ambiciosa que negocia con el cuerpo de las otras, y la depresiva, que en medio de su crisis siente que su vida es un bolero.
A 2.50 la Cuba Libre, estrenada en 1982, se aleja de la puesta en escena tradicional incursionando en un espacio de encuentro nocturno que involucra a los espectadores y los hace partícipes de las confidencias de los personajes.
Este Diario conversó con Alejandra Borrero, directora de Casa Ensamble y que en esta oportunidad también es la directora de actrices.
EL NUEVO SIGLO: ¿Qué es A 2.50 la Cuba libre?
ALEJANDRA BORRERO: Es una obra que tiene un gran interés para mí, por el formato que tiene la puesta en escena. El trabajo del hiperrealismo me pareció muy impresionante porque las cosas no se ven de frente, sino que se intuyen muchas veces, o solamente sólo se oyen, ni siquiera se ve el actor… así que es como la vida misma. Hay que curiosear, hay que ser un poco voyeuristas con esta obra. Todo esto me llevó a la obra, pero lo más importante es el hecho de saber que el público irá a ver una obra diferente. Y es una obra deseada para las actrices, ya sé de varias que quieren estar acá, pues en esta actuación tienen que recurrir a muchas cosas, muchas más allá de las que generalmente hacemos. Un trabajo de 360 grados, que sé que es complejo para el actor.
ENS: ¿Por qué adaptar la obra a Colombia?
AB: Porque es un tema genérico. Yo creo que el tema de la prostitución es casi como bíblico. Creo que es una de las profesiones más antiguas del mundo y nos compete a todos. La manera de montar la obra me pareció muy deliciosa, más allá del texto, que no es muy profundo. Me gusta trabajar en este aspecto alternativo que ofrece la Casa Ensamble. Siempre pensamos que en el primer piso del lugar teníamos que hacer cosas diferentes… nunca quisimos poner silletería estable, sino que se puede mover dependiendo de cómo la necesitamos. Es un espacio que ha pedido este tipo de proyectos, así que este será uno de muchos otros que vienen en camino.
ENS: ¿Cómo fue el proceso de selección del reparto?
AB: Fue bastante arduo. En un principio quería contar con las actrices idóneas para cada uno de los personajes, y sé que eso conseguí. En el teatro siempre existe el dicho: “el que está libre, está libre, y el que está trabajando, está trabajando”…, así de sencillo (risas). Pero el proceso fue coyuntural, las actrices que había buscado fueron llegando, algunas otras entrarán luego, porque todas están diciendo: ¡yo entro después, por favor! El proceso fue muy sencillo, porque ya sabía a quiénes quería en la obra, ya había visto unos perfiles específicos; por ejemplo, Endry Cardeño, lo pensé desde un principio; pensé en Ana María Sánchez, por la fuerza que quería para ese personaje; tenía claro 2 o 3 personajes y con el tiempo encontré a mi equipo. Carolina Gaitán me ha sorprendido, es una actriz maravillosa; Estefanía Godoy ha trabajado duro para llegar y ya llegó. Así, cada una en su ámbito, han llegado a este personaje y creo que se la están gozando y la van a pasar delicioso.
ENS: ¿Cómo encarnar al personaje?
AB: Con un trabajo de campo para aflorar la prostituta que uno lleva adentro. No es fácil, es intimidador y miedoso. Estuvimos hablando del tema, viendo videos, sacando información y luego de tener un poco más claro la idea comenzamos con los monólogos.
ENS: ¿Por qué Casa Ensamble le apunta al teatro hiperrealista?
AB: Porque me interesan los nuevos formatos. Porque creo que hay que reevaluar la idea en que el actor está arriba y es un ser al cual hay que adorar… pienso que es muy interesante el manejo diferente del espacio, el llegar a la gente desde otros ámbitos, eso va a surtir un efecto muy especial. Me gusta porque quiero cosas de vanguardia y este tipo de cosas nos ayuda a avanzar.
ONCE DE las actrices más queridas y reconocidas de nuestro país se darán cita en la obra A 2.50 la Cuba Libre, con la que, una vez más, Casa Ensamble se arriesga con una propuesta diferente.
Esta obra venezolana adaptada para Colombia por Pepe Sánchez y codirigida por Alejandra Borrero y Luis Fernández, invita al público a adentrarse en el mundo de las prostitutas. Toda Casa Ensamble se convierte en un burdel y los espectadores pasarán a ser parte del espectáculo.
El elenco está conformado por Alejandra Borrero, Endry Cardeño, María Fernanda Yepes, Indira Serrano, Carolina Gaitán, Jenny Osorio, Rita Bendeck, Estefanía Godoy, Ana María Sánchez, Aída Morales y Johanna Morales, quien no sólo mostrará todo su talento como actriz sino también como productora de campo de este montaje.
Once mujeres de la noche se reúnen en un bar de Bogotá y entre trago y trago le cuentan al público sus más profundas angustias, miserias, anhelos y frustraciones.
Cada historia revela una cara distinta del comercio carnal: la mujer hermosa asediada por todos que sueña en secreto encontrar un príncipe azul que la salve de su miseria, la ambiciosa que no logra decidir entre el dinero y la vida fácil, la que sufre el abandono en medio de un embarazo, la empresaria prepotente y ambiciosa que negocia con el cuerpo de las otras, y la depresiva, que en medio de su crisis siente que su vida es un bolero.
A 2.50 la Cuba Libre, estrenada en 1982, se aleja de la puesta en escena tradicional incursionando en un espacio de encuentro nocturno que involucra a los espectadores y los hace partícipes de las confidencias de los personajes.
Este Diario conversó con Alejandra Borrero, directora de Casa Ensamble y que en esta oportunidad también es la directora de actrices.
EL NUEVO SIGLO: ¿Qué es A 2.50 la Cuba libre?
ALEJANDRA BORRERO: Es una obra que tiene un gran interés para mí, por el formato que tiene la puesta en escena. El trabajo del hiperrealismo me pareció muy impresionante porque las cosas no se ven de frente, sino que se intuyen muchas veces, o solamente sólo se oyen, ni siquiera se ve el actor… así que es como la vida misma. Hay que curiosear, hay que ser un poco voyeuristas con esta obra. Todo esto me llevó a la obra, pero lo más importante es el hecho de saber que el público irá a ver una obra diferente. Y es una obra deseada para las actrices, ya sé de varias que quieren estar acá, pues en esta actuación tienen que recurrir a muchas cosas, muchas más allá de las que generalmente hacemos. Un trabajo de 360 grados, que sé que es complejo para el actor.
ENS: ¿Por qué adaptar la obra a Colombia?
AB: Porque es un tema genérico. Yo creo que el tema de la prostitución es casi como bíblico. Creo que es una de las profesiones más antiguas del mundo y nos compete a todos. La manera de montar la obra me pareció muy deliciosa, más allá del texto, que no es muy profundo. Me gusta trabajar en este aspecto alternativo que ofrece la Casa Ensamble. Siempre pensamos que en el primer piso del lugar teníamos que hacer cosas diferentes… nunca quisimos poner silletería estable, sino que se puede mover dependiendo de cómo la necesitamos. Es un espacio que ha pedido este tipo de proyectos, así que este será uno de muchos otros que vienen en camino.
ENS: ¿Cómo fue el proceso de selección del reparto?
AB: Fue bastante arduo. En un principio quería contar con las actrices idóneas para cada uno de los personajes, y sé que eso conseguí. En el teatro siempre existe el dicho: “el que está libre, está libre, y el que está trabajando, está trabajando”…, así de sencillo (risas). Pero el proceso fue coyuntural, las actrices que había buscado fueron llegando, algunas otras entrarán luego, porque todas están diciendo: ¡yo entro después, por favor! El proceso fue muy sencillo, porque ya sabía a quiénes quería en la obra, ya había visto unos perfiles específicos; por ejemplo, Endry Cardeño, lo pensé desde un principio; pensé en Ana María Sánchez, por la fuerza que quería para ese personaje; tenía claro 2 o 3 personajes y con el tiempo encontré a mi equipo. Carolina Gaitán me ha sorprendido, es una actriz maravillosa; Estefanía Godoy ha trabajado duro para llegar y ya llegó. Así, cada una en su ámbito, han llegado a este personaje y creo que se la están gozando y la van a pasar delicioso.
ENS: ¿Cómo encarnar al personaje?
AB: Con un trabajo de campo para aflorar la prostituta que uno lleva adentro. No es fácil, es intimidador y miedoso. Estuvimos hablando del tema, viendo videos, sacando información y luego de tener un poco más claro la idea comenzamos con los monólogos.
ENS: ¿Por qué Casa Ensamble le apunta al teatro hiperrealista?
AB: Porque me interesan los nuevos formatos. Porque creo que hay que reevaluar la idea en que el actor está arriba y es un ser al cual hay que adorar… pienso que es muy interesante el manejo diferente del espacio, el llegar a la gente desde otros ámbitos, eso va a surtir un efecto muy especial. Me gusta porque quiero cosas de vanguardia y este tipo de cosas nos ayuda a avanzar.
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